EREVÁN, 27 DE SETIEMBRE, ARMENPRESS. El ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Armenia emitió una declaración con motivo del segundo aniversario de la guerra desatada por Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj. En la declaración señala que aun hoy, Azerbaiyán sigue tratando de alcanzar sus ambiciones maximalistas mediante el uso de la fuerza y la amenaza del uso de la fuerza, y rechaza a Nagorno-Karabaj como unidad territorial y niega la existencia misma del conflicto. Dice el comunicado:

"Hace dos años, el 27 de setiembre, Azerbaiyán, en abierta violación de la Carta de la ONU y el Acta Final de Helsinki, desató una guerra a gran escala contra Nagorno-Karabaj y su pueblo.

Hoy, nuevamente inclinamos la cabeza y evocamos a los soldados caídos en la guerra de los 44 días, que lucharon para detener la amenaza a su propia existencia que enfrentaban nuestros compatriotas.

La guerra desencadenada por Azerbaiyán contra Nagorno-Karabaj fue una manifestación criminal de la política estatal de Azerbaiyán de someter a los armenios de Artsaj a una limpieza étnica y despojarlos del derecho de vivir y crear con libertad y seguridad en su patria histórica, y de resolver por la fuerza la cuestión de Nagorno-Karabaj. Ello se pone en evidencia a través de las constantes declaraciones belicistas, maximalistas y armenofóbicas de la suprema dirigencia de Azerbaiyán, expresadas tanto antes como durante la guerra, como así también en la posguerra.

En todo el transcurso de la guerra de 44 días, las fuerzas armadas de Azerbaiyán cometieron graves violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario, crímenes de guerra y otros crímenes masivos, con ataques aéreos y misiles, incluido el uso de armas prohibidas, dirigidos deliberadamente contra la población pacífica, la infraestructura civil, asentamientos poblacionales y monumentos culturales. Los militares y civiles armenios capturados fueron sometidos a tratos inhumanos y torturas y a ejecuciones extrajudiciales.

Aún siguen sin resolverse muchas cuestiones humanitarias. Azerbaiyán continúa reteniendo como rehenes a prisioneros de guerra y civiles armenios, y se desconoce el destino de cientos de desaparecidos y víctimas de desapariciones forzadas de la primera guerra de Karabaj y de la guerra de 44 días.

En los territorios que han pasado bajo el control de Azerbaiyán, continúa hasta el día de hoy la política permanente de destrucción y de distorsión de la identidad del patrimonio espiritual e histórico-cultural armenio. La Corte Internacional de Justicia de la ONU dio su evaluación clara de estos crímenes y encontró que “en el marco de la Convención Internacional «Sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial» existe un peligro inmediato de daño irreparable de los derechos de los armenios. En este caso, es más que urgente garantizar la entrada y las actividades sin trabas de los organismos humanitarios internacionales pertinentes en Nagorno-Karabaj y sus alrededores", dice la declaración.

El ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Armenia destaca que, inspirada por la inapropiada reacción de la comunidad internacional a la agresión desatada contra el pueblo de Nagorno-Karabaj y a los crímenes cometidos, el 12 de mayo de 2021, el 16 de noviembre de 2021 y el 13 de setiembre de 2022, las fuerzas armadas de Azerbaiyán recurrieron a agresiones militares a gran escala ahora contra el territorio soberano e internacionalmente reconocido de la República de Armenia.

"Las realidades formadas como resultado del uso de la fuerza y las violaciones masivas de los derechos humanos y las continuas agresiones militares llevadas a cabo por Azerbaiyán contra Armenia y Artsaj en el período de posguerra socavan los esfuerzos por instaurar la estabilidad y la seguridad regionales.

Incluso hoy, Azerbaiyán sigue tratando de hacer realidad sus ambiciones maximalistas con el uso de la fuerza y la amenaza del uso de la fuerza, rechaza incluso la realidad misma de Nagorno-Karabaj como unidad territorial y la existencia del conflicto de Nagorno-Karabaj", afirma el ministerio de Asuntos Exteriores de la República de Armenia y enfatiza que la República de Armenia rechaza categóricamente el enfoque orientado a resolver problemas mediante el uso de la fuerza y la amenaza del uso de la fuerza y reafirma su compromiso con el establecimiento de una paz y estabilidad integrales y a largo plazo en la región por medio de negociaciones pacíficas.