EREVÁN, 19 DE ENERO, ARMENPRESS. Desde su independencia, las relaciones con Georgia han desempeñado un papel importante para Armenia. En primer lugar, debido a las fronteras cerradas con Azerbaiyán y Turquía durante el conflicto armenio-azerbaiyano, lo que convirtió a Georgia en la principal vía de comunicación de Armenia con el mundo exterior. En las condiciones de crisis energética aguda, el gas ruso llegó a Armenia a través de un gasoducto construido a través del territorio de Georgia, la mayoría de los bienes exportados desde Armenia e importados a Armenia pasan por los puertos de Batumi y Poti, y Armenia también se conecta con su principal mercado de exportación, Rusia, a través del territorio de Georgia. En las condiciones de la guerra con Azerbaiyán y la política hostil aplicada por Turquía hacia Armenia, la posición amistosa de Georgia, así como la ausencia de rugosidades profundas en las relaciones entre Armenia y Georgia, crearon una base positiva para el desarrollo de las relaciones bilaterales. Durante los últimos veinte años, Georgia comenzó a convertirse en una opción asequible de turismo para una parte de la población de Armenia, lo que contribuyó al desarrollo de las relaciones económicas.

Hasta el momento, las relaciones políticas bilaterales se encuentran en un nivel relativamente bajo. Los vínculos estratégicos de Georgia con Azerbaiyán y Turquía, así como el conflicto ruso-georgiano, crean limitaciones para el desarrollo de las relaciones políticas bilaterales. El reconocimiento por parte de Georgia de la integridad territorial de Azerbaiyán y el apoyo a la posición de Azerbaiyán en Nagorno Karabaj crean ciertos problemas en las relaciones entre Armenia y Georgia.

Luego de la guerra ruso-georgiana de 2008, Armenia no reconoció la independencia de Abjasia y Osetia del Sur, y tampoco lo hizo en 2009. La concesión del premio más alto de Armenia para extranjeros por parte del presidente Serj Sargsyan a su par georgiano Mijeil Saakashvili concedió un impulso positivo a las relaciones políticas bilaterales, aunque se mantuvieron en un nivel bajo.

La Guerra de Karabaj de 2020, la ocupación de Nagorno Karabaj por Azerbaiyán en 2023 y la deportación forzosa de los armenios crearon una nueva situación geopolítica en el Cáucaso Sur. En las condiciones de la guerra ruso-ucraniana y del conflicto Rusia-Occidente, Armenia enfrenta el imperativo de reevaluar y diversificar su política exterior. Las declaraciones belicosas formuladas por los dirigentes de Azerbaiyán, la continua ocupación de los territorios de Armenia, la exigencia de que se establezca un corredor extraterritorial que conecte Azerbaiyán con la República Autónoma de Najicheván a través del territorio de Armenia crean graves problemas de seguridad para Armenia, y la ocupación de Nagorno Karabaj por parte de Azerbaiyán ha dificultado significativamente la protección de las regiones del sur de Armenia.

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