EREVÁN, 17 DE ABRIL, ARMENPRESS. Sotsik Abrahamyan vive en Stepanavan, en la región de Lori, y celebró recientemente sus 95 años, siendo una ocasión para recordar y valorar su largo camino pedagógico. Sotsik Abrahamyan, o como lo llaman los estudiantes, compañera Sotsik, pasó toda la etapa laboral de su vida en la Escuela N 4 de Stepanavan. Ha educado a muchas generaciones durante decenas de años, impartiéndo conocimientos.

"A menudo complementé los cursos con mis consejos y sugerencias. Siempre les he dicho a los niños que deben respeto tanto a los adultos como hacia el prójimo", señaló Sosik Abrahamyan".

Tiempo después de terminar la escuela, Sosik Abrahamyan recibió una propuesta para trabajar como maestra de escuela primaria por sus distintivos tonos de voz, su hermosa letra y su actitud atenta hacia los niños. Esta oferta laboral se convirtió en una buena oportunidad para descubrir el mundo de la pedagogía.

Su amor por la escuela y los estudiantes era tan grande que Sotsik Abrahamyan ha estado enseñando sin descanso durante más de 50 años. Aunque la distinguida maestra se jubiló hace mucho tiempo, no pierde la oportunidad de educar a las generaciones más jóvenes. Sus bisnietos ya están en el centro de su atención. A sus 95 años continúa participando en el proceso de preparación de lecciones con sus bisnietos, ayudando con las tareas. 

La vivacidad, el deseo de nuevos descubrimientos y la curiosidad de Sotsik Abrahamyan asombran a muchos. Incluso a esta edad, los libros son una parte integral del día a día de la distinguida maestra. El secreto de ser razonable también está relacionado con la lectura. Un día está incompleto si no se lee.

"Me gusta mucho leer. He estado leyendo desde que se hizo popular. Incluso hoy, la lectura es parte de mi día. Es importante para entrenar el cerebro y la mente. Hay obras que leí a temprana edad y todavía recuerdo”, señaló.

Los recuerdos de Sosik Abrahamyan están frescos incluso desde su infancia. Entre sus amigos, se apresura a destacar al distinguido artista Sos Sargsyan, con quien creció en uno de los patios de Stepanavan.

"Crecimos en el mismo patio con Sos. Era un chico muy gruñón. Sucedía a menudo que, si algo no le gustaba, armaba un escándalo y se marchaba, pero al día siguiente volvía y jugábamos de nuevo", manifiesta Sotsik.

Los años separaron a los amigos de la infancia de diferentes maneras, pero los recuerdos permanecen. Este reportaje también fue una buena oportunidad para que Sotsik Abrahamyan visitara su escuela. Recorre la escuela piso por piso y evalúa el equipamiento de las aulas y el material educativo desde con perspectiva profesional.

Sotsik Abrahamyan recibió medallas y cartas de agradecimiento. No le gusta hablar mucho de los reconocimientos, pero aconseja seguir leyendo, sin perder nunca las ganas de descubrir algo nuevo.