EREVÁN, 13 DE OCTUBRE, ARMENPRESS. En la revista American Time se publicó un artículo que hace referencia al genocidio cultural en Nagorno Karabaj. La autora del artículo lo considera inevitable, teniendo en cuenta el destino del patrimonio cultural armenio en Nakjichevan bajo el dominio de Azerbaiyán.

La autora del artículo titulado "¿Qué es el genocidio cultural para los armenios de Nagorno Karabaj?" recuerda la destrucción de los jachkars de Jugha, de la Iglesia Santa Madre de Dios en Jabrayil y del cementerio armenio en la aldea de Mets Tagher por parte del gobierno azerbaiyano, así como bombardeo de la iglesia de San Ghazanchetsot en Shushi y el vandalismo.

"La aniquilación de la vida armenia en Artsaj durante miles de años fue posible gracias a la inacción y la aparente indiferencia de aquellas personas que podrían haberlo evitado. Estados Unidos y la Unión Europea hablan en voz alta sobre los derechos humanos universales, pero no hicieron nada durante nueve meses mientras el pueblo de Artsaj se veía privado de alimentos, medicinas, combustible y otros bienes vitales. No hicieron nada para cumplir la orden de la Corte Internacional de Justicia, que exigía a Azerbaiyán poner fin a su bloqueo en febrero de 2023. Esa inacción claramente animó a Azerbaiyán a atacar, del mismo modo que alentaría a otros a hacer lo mismo en otros lugares", expuso el artículo.

La autora advierte que la limpieza étnica suele ir acompañada de diversos tipos de destrucción de bienes culturales, que van desde el vandalismo hasta la destrucción total. Según Marantsi, las iglesias y monumentos más pequeños y menos conocidos serán arrasados, mientras que los más famosos, como los monumentos de la arquitectura medieval armenia en Dadivank o Gandzasar, serán falsificados. El autor recuerda que Azerbaiyán ya ha intentado presentarlos como "monasterios caucásicos de Aghvank". Y en muchos otros se borrarán las inscripciones armenias de los monumentos.

La autora también recuerda el genocidio cultural que siguió al genocidio armenio de 1915.

"Ahora es el momento de que el mundo proteja la cultura armenia que queda en Nagorno Karabaj. Si no, ¿qué cultura será la siguiente?", concluye el artículo.