EREVÁN, 19 DE OCTUBRE, ARMENPRESS. Durante una reunión informativa con periodistas, la defensora de los Derechos Humanos Anahit Manasyan afirmó que los cuerpos de muchos residentes de Nagorno Karabaj encontrados y trasladados a Armenia después de la agresión a gran escala desatada por Azerbaiyán el 19 de septiembre tienen signos de tortura y mutilación.

"El informe preliminar del Consejo de Derechos Humanos sobre casos de maltratos y torturas fue utilizado como prueba principal por el representante de Asuntos Jurídicos Internacionales de Armenia ante el Tribunal de La Haya, y las actas principales son las siguientes: Hay muchos cuerpos trasladados de Nagorno Karabaj a Armenia, incluidos civiles, con signos de tortura o mutilación, y esto indica que estas personas fueron naturalmente sometidas a los tipos específicos de trato que mencioné, y entre ellos se encuentran niños y mujeres. Consiste en un registro muy importante que la Defensoría de Derechos Humanos no sólo realizó verbalmente, sino también por medio de un informe publicado en inglés que se envió a todos los socios y se presentó en el Tribunal de La Haya como prueba principal", manifestó Anahit Manasyan.

La defensora también se refirió a los ex líderes de Nagorno Karabaj detenidos en Azerbaiyán.

"Los registros que presento a los socios internacionales son los siguientes: la restricción de los derechos de las personas de etnia armenia se produce con violaciones evidentes de las normas jurídicas internacionales. En primer lugar, en Azerbaiyán se viola el principio de presunción de inocencia en todos los niveles en relación con estas personas, porque desde el principio son etiquetadas como criminales, tanto a nivel estatal como por ciudadanos específicos. La siguiente circunstancia importante es que uno de los elementos importantes del derecho a un juicio justo, además de mantener el principio de presunción de inocencia, es la investigación del caso por un tribunal imparcial y justo, lo cual es imposible de garantizar en estas condiciones, teniendo en cuenta la política de odio hacia lo armenio en Azerbaiyán, concluyó Manasyan.